La guardia civil los localizó sumergidos en el interior de un automóvil
La desaparición del fallecido, que dejó una nota de despedida en su casa, fue denunciada el miércoles por un hermano .
LAS CLAVES . 3
· Metros de profundidad. El coche en el que fueron hallados los dos vecinos de Cáseda se encontraba sumergido a unos tres metros de profundidad.
· Recuperado con un cabestrante. La existencia de una rampa cercana posibilitó que los bomberos extrajeran el coche con unas cuerdas enganchadas al cabestrante de uno de sus vehículos.
· Cinturones puestos. Los dos fallecidos estaban sentados en los asientos delanteros, con los cinturones de seguridad abrochados.
cáseda. Un vecino de Cáseda, J.L.I.B., de 45 años, y su hija de 12 años de edad, fueron ayer hallados sin vida en el interior de un automóvil sumergido en el Canal de Bardenas, a unos 10 kilómetros del núcleo urbano de la villa. El hombre, que había quedado viudo recientemente y se encontraba en tratamiento psicológico, dejó una nota manuscrita en su domicilio anunciando el desgraciado desenlace, en el que también involucró a su única hija, que tenía síndrome de Down.
Fue un hermano de J.L.I.B. quien denunció la desaparición de ambos en el cuartel de la Guardia Civil de Cáseda en torno a las 22.30 horas del miércoles. Este familiar comunicó a los agentes su temor de que les hubiera pasado algo, ya que en casa también faltaba el automóvil de su hermano, trabajador de Viscofán. Miembros del Instituto Armado iniciaron entonces un primer dispositivo de búsqueda por los alrededores.
Dicha búsqueda prosiguió ayer por la mañana en las proximidades de uno de los terrenos que poseía el fallecido, situado junto al Canal de Bardenas, donde también contaba con un pequeño almacén. Una patrulla avistó cerca de la finca lo que parecía el techo rojo del automóvil, un Volkswagen Golf rojo, hundido en el mencionado canal de riego.
Los agentes de la Guardia Civil comunicaron el hallazgo al Servicio de Bomberos del Gobierno de Navarra, cuyo Grupo de Rescate Acuático se desplazó hasta el lugar para comprobar si en el interior del coche se encontraban los cuerpos de los dos desaparecidos, algo que se confirmó en cuanto los submarinistas accedieron hasta el coche.
Para entonces, la Guardia Civil ya había tenido conocimiento del hallazgo de una carta de despedida escrita por el difunto, que estaba en tratamiento psicológico por depresión y que se había quedado viudo hacía unas semanas, al fallecer su esposa víctima de cáncer.
apoyado en las cuatro ruedas El lugar en el que fue localizado el turismo se encuentra a unos 700 metros de la carretera NA-534, a la altura del kilómetro 26,800, cuyo acceso se realiza a través de la carretera de servicio del mismo Canal de Bardenas, que recoge el agua del embalse de Yesa y la lleva hasta el sur de Navarra y Zaragoza. El vehículo estaba depositado en el lecho del canal sobre las cuatro ruedas, a unos 3 metros de profundidad.
Cuatro miembros del Grupo de Rescate Acuático del Servicio de Bomberos, ayudados por cuatro bomberos del parque de Sangüesa, dos embarcaciones y seis vehículos se hicieron cargo de llevar a cabo la recuperación de los restos mortales de los dos vecinos de Cáseda. A pesar de que la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) cerró las compuertas para bajar el nivel del canal, de unos 5 metros de ancho, el rescate de los cuerpos resultó complejo y de alto riesgo por la fuerte corriente del agua.
Debido a la proximidad de la rampa de un embarcadero, situado a unos 300 metros del punto en el que se encontraba sumergido el coche, los bomberos optaron por enganchar el vehículo con cuerdas y sacarlo por completo a la superficie, gracias a la utilización del cabestrante con el que está equipado el furgón del Grupo de Rescate Acuático.
Ya en la superficie, los agentes de la Guardia Civil y la juez de Aoiz comprobaron que dentro del turismo se encontraban los cuerpos de ambos vecinos de Cáseda, sentados en los dos asientos delanteros y con los cinturones de seguridad abrochados. Los seguros de las puertas se encontraban abiertos, por lo que se baraja la hipótesis de que antes de introducirse en el canal, el hombre podría haber administrado algún tipo de somnífero a su hija, que él también habría ingerido.
Tras ser extraídos del interior del coche, los cuerpos de ambos fallecidos fueron trasladados a Pamplona, al Instituto Navarro de Medicina Legal, para que les fuera efectuada la autopsia. La Guardia Civil se ha hecho cargo de instruir el correspondiente atestado.